23 de junio de 2012

Rescate a la alemana

Desde que la economía global entra en crisis Europa no da una a derechas (es un decir, porque de derechas son casi todas las políticas europeas actuales). Empiezan a fomentar la austeridad pero no suprimen grandes dispendios europeos como puede ser incluso la PAC, siguen financiando cierres empresariales, restringiendo a base de subvenciones la libre compentencia, impidiendo el derecho al trabajo como lo hacen por ejemplo con Navantia que tiene que limitar su actividad a contratos militares, de esto hablaré otro día.
Pero lo más grave no es esto sino la falta de estructuras verdaderamente necesarias para el funcionamiento de una Unión Europea auténtica, como sería un Banco Central Europeo (BCE) autónomo y no dependiente de un único país, una institución similar a la Reserva Federal de EEUU, capaz de actuar para defender el dólar y la política económica americana. Defender la moneda única no se debe limitar a comprar euros para mantener su cotización alta (artificialmente alta, diría yo), esto precisamente es lo único que ha hecho el BCE en los últimos años, algo que precisamente contribuye al desastre haciéndonos demasiado caros en el exterior y por lo tanto bajando nuestra competitividad. Sin embargo, el BCE no puede comprar deuda pública de los países comunitarios, solamente lo hace esporádicamente, ¿por qué? La respuesta a esto voy a omitirla porque no resulta nada convincente.

19 de junio de 2012

Habrá tragedia griega (y europea)

A Venizelos le gusta más una silla gubernamental que a un tonto un pirulí, por lo tanto, en honor a la aritmética, que no a la democracia, habrá tragedia griega, en palabras políticamente correctas, ¡Grecia tendrá gobierno!.

Las soluciones que pretenden aplicar en ese país, cuna de la democracia, son contraproducentes y acabarán por provocar la quiebra del estado (si no estamos ya en esa situación). En muchas ocasiones me he preguntado si se podrían haber hecho peor las cosas, por mucho que lo reflexione llego siempre a la misma conclusión, un rotundo NO.
La verdad es que para muchos habitantes de este minúsculo trozo de universo que es la tierra están cambiando (espero que solamente de forma temporal) las clásicas preguntas existenciales de ¿Quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?
Para mí hoy las preguntas existenciales son algo así como: ¿Dónde elegimos a los gobernantes europeos?, ¿cómo es posible reunir tanta imbecilidad junta?, ¿será el azar o una conjunción divina para acabar con el mundo tal y como lo conocemos?