15 de abril de 2020

Gracias, coronavirus

En realidad, probablemente estemos en uno de los países que mejor gestionan la pandemia, pero desconozco el motivo por el cual se pasan horas diciendo nada en lugar de reconocer exactamente la verdad.

La verdad, mi verdad, es esta:
  • El Covid-19 es una pandemia que no ha causado España, nos ha pillado por sorpresa, como a todo el mundo.
  • Nuestro sistema sanitario no estaba preparado para una pandemia, como creo que no lo está ninguno en el mundo.
  • Esta enfermedad no presenta síntomas en el 80% de los casos, los tests rápidos son caros, escasos y tienen una fiabilidad inferior al 50%, así que no podemos saber el número real de infectados.
  • Las mascarillas, incluso las no homologadas, ayudan a no contagiar a otras personas, pero no las podemos recomendar, ni mucho menos obligar a su uso porque no se puede garantizar el suministro, no obstante, si quieres, háztela tú.
  • El coronavirus no se puede parar ni vencer, el objetivo es no saturar el sistema sanitario, ya he dicho que no estamos preparados para tratar con una pandemia.
Así que, hemos de pedirte que te quedes en casa para evitar la saturación del sistema y que, cuando tú o uno de tus seres queridos os infectéis, que muy probablemente ocurra, si pertenecéis al 20% que necesita algún tratamiento podáis recibirlo, que si os toca entre ese 5% que necesita un respirador lo tengáis disponible.

No hay medios en ningún país del mundo para tratar al 5% de su población al mismo tiempo. Dotarse de esos medios supondría una carga impositiva tan grande que es inasumible, además las pandemias no vienen con una programación determinada, así que tener un sistema preparado para eso supone mantener muchos recursos ociosos el 99% del tiempo.

En realidad, el Covid-19 es una oportunidad, una especie de aviso del universo para prepararnos para futuras pandemias mortíferas que puedan llegar en el futuro, que seguro llegarán. Viendo el peligro tanto físico, emocional como económico que ello representa igual ahora nos podemos permitir un sistema de contingencia para asumir una pandemia, porque los recursos latentes que tengamos ya no serán considerados ociosos sino preventivos. Y la prevención no es un coste, sino una inversión.

Pero necesitábamos algo que nos hiciera ver eso como sociedad y nuestro aviso se llama coronavirus, así que podemos dar las gracias a que nuestro aviso tenga una tasa de mortalidad de entre el 1% y el 2% y no del 50% o del 80%.

Ya sé que las tasas de mortalidad que se manejan superan el 10% en casi todo el mundo, pero teniendo en cuenta que el 80% de los infectados son asintomáticos, que los tests tienen una eficacia muy baja y que se hacen pocos, la realidad es que el número de infectados es como 10 veces más de los conocidos.

Por eso, y no porque lo diga el gobierno, es importante quedarse en casa lo más posible y usar mascarilla no para protegernos de los demás, sino para proteger a los demás de nosotros mismos, porque nadie sabe si está o no infectado.

La mejor forma de convivir con el coronavirus es la solidaridad, esa es otra de sus enseñanzas. Te pones protección no para ti, sino para los demás. Si todos somos solidarios la tasa de contagio bajará mucho y podremos convivir con el coronavirus, pues habremos convertido la pandemia en una contingencia asumible.

Como he dicho antes, no se puede parar ni vencer el coronavirus, nuestro objetivo es convivir con él.
Otra mentira que nos cuentan cada día.

18 de marzo de 2020

¿Trascendencia o demagogia?


Voy a ponerme trascendental (o demagógico), depende de cómo se mire. La gente está acojonada con un pequeño "bichito" que no es capaz de subsistir ni de reproducirse por sí mismo y por eso toca las narices a los humanos.

Hasta el día de hoy (18 de marzo de 2020) se ha cargado aproximadamente a 8.000 personas en el mundo.

Antes de que me linchéis por lo que voy a decir, puntualizo que sé lo que es una distribución exponencial y soy consciente de que el número de afectados, y consecuentemente de muertos, se va a disparar en los próximos días y meses.

Pero, a pesar de todo eso, me pregunto. Si mueren 8.500 niños diariamente por desnutrición. ¿Por qué nos preocupan tanto 8.000 muertos contra 8.500 diarios desde hace años? ¿Acaso la vida de esos niños vale menos que la nuestra? ¿Quién pone valor a la vida humana?
¿Por qué a nadie parece preocuparle la mortalidad infantil?, ¿será porque el hambre no es contagiosa?, ¿será porque los muertos por hambre son pobres?.

Es muy probable, de hecho, en nuestro idioma existe la expresión “muerto de hambre” como un insulto.

Seguramente será bueno aprovechar estos días o meses de cuarentena para reflexionar si la sociedad que hemos ido creando se corresponde con lo que nosotros verdaderamente queremos, igual no es tan malo que nuestro estilo de vida, ese que se sustenta en tener suficiente provisión de papel higiénico, se extinga.

¿Será posible que ese terrible "bichito" que ya ha conseguido lo que ninguna guerra, ningún arma, ninguna pandemia había logrado antes, consiga también hacernos más "humanos"?

Depende de nosotros aprovechar este tiempo de recogimiento forzoso para reflexionar, para desde nuestra propia esencia construir un mundo mejor, si es que sobrevivimos al “bichito” y si nos vamos que no sea porque nuestra codicia, nuestro egoísmo, nuestra falta de humanidad nos hace merecedores de la partida. 
Si nos lleva el “bichito” que sea tras dar todo nuestro amor a la vida, porque el amor que demos, aunque nos vayamos antes de tiempo, quedará en nuestros semejantes y seguirá circulando por el universo durante mucho, mucho tiempo.

Así que, en lugar de llorar, lamentarte, quejarte, culpar a todo menos a ti mismo/a, piensa qué puedes hacer tú por y para un mundo mejor.

Y haz eso que pienses, porque el pensamiento sin acción no cambia nada.